La tríada de grandes genios de la música clásica (Bach, Beethoven y Brahms) fue propuesta por Hans von Bülow en el siglo XIX. Aunque hubo debate sobre quién debía ser el tercer miembro de un pináculo en el que ya nadie discutía la presencia de Bach y Beethoven, Von Bulow defendió apasionadamente a Brahms apoyándose en la tonalidad de la tercera sinfonía de Beethoven: «Mi credo es el mi bemol mayor, la tonalidad de la Heroica, con sus tres bemoles en la clave (3 b): Bach-Beethoven-Brahms».
El íntimo diálogo del Concierto para piano n.º 4 de Beethoven en versión de cámara encuentra resonancia en la majestuosa arquitectura de El arte de la fuga de Bach y la ardiente pasión del Sexteto de cuerda op. 18 de Brahms. Una noche para celebrar la belleza en su máxima expresión.