En la década de 1740, Bach, en un acto de admiración y creatividad, tomó la partitura del Stabat Mater de Pergolesi, compuesto en 1736, y la transformó, añadiendo su propia voz. Así, creó una nueva y original versión para la que usó una paráfrasis alemana del Salmo 51 como texto: «Tilge, Höchste, meine Sünden» (Borra, Altísimo, mis pecados).
Considerada una de las cimas del barroco Italiano, el Stabat Mater de Antonio Vivaldi nació fruto de un encargo de una pieza sacra para la celebración de la Semana Santa por los Filippini de la Iglesia de Santa María della Pace en Brescia.
El programa lo completa la majestuosa Suite orquestal n.º 2 para flauta y orquesta de J.S. Bach.
Un diálogo entre tres grandes maestros, un viaje a través de la música que nos sumerge en la belleza y la profundidad del Barroco y nos ofrece un legado invaluable de emoción y trascendencia.